Epidemia colérica - Pozo Cañada

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jueves, 8 de marzo de 2018

Epidemia colérica


Comienza la Memoria que por encargo de la Dirección de Beneficencia y Sanidad presenta  Subdelegado de Medicina y Cirugía del distrito de Albacete, hablando del pueblo de Pozo Cañada, diciendo, cito textualmente:

"Único que en la provincia que sufrió la epidemia colérica del año 1890, se halla en gran parte situado sobre la pendiente de una colina de poca elevación, y dividido por la carretera que se dirige desde Albacete a Murcia en dos distintas pedanías; perteneciente la más extensa y numerosa al Municipio de esta Capital, y la otra emplazada en la llanura y que cuenta con un reducido vecindario, a la inmediata ciudad de Chinchilla".


• Su altura, sobre el nivel del mar, sigue diciendo el citado documento, es de unos 693mts., y linda por el Norte con Albacete y Chinchilla, por el Sur con Casa-blanca y el término de Tobarra, al este con Pétrola, Fuente Álamo y el Villar y al Oeste con el Campillo y el término de Pozo-Hondo.

• La Memoria se detiene en detalles, tales como, cual es la temperatura media atmosférica y a este tenor dice que "aún cuándo no se ha determinado todavía debe ser de unos 12º como la de Madrid, en atención a que la ordinaria suele ser siempre la misma y son también iguales y simultáneas las revoluciones atmosféricas de uno y otro punto "el, de igual manera dice que "los vientos reinantes son del N. y N.O.; y aunque algo más suave que el de la Capital, su clima es húmedo y frío, y las afecciones predominantes son de índole catarral".

En multitud de ocasiones, he oído decir a mi madre, que cuando llueve en Madrid otro tanto de lo mismo va a suceder aquí en el pueblo.

• "Aunque en la mayoría de las casas hay pozos cuyas aguas se destinan al uso doméstico, parece ser que los habitantes del pueblo extraen agua potable de un pozo llamado Bueno", que según la citada Memoria carece de las condiciones de limpieza e higiénicas para su consumo.

• Se llega a la conclusión de que, la epidemia colérica desatada en 1890 en Pozo Cañada llegó a producirse de una manera inesperada y brusca y con la particularidad de haber sido importada "por dos carreteros que trajeron melones de la huerta de Gandía", que éstos y cuántos vivían con ellos se contagiaron y que a su vez la transmitieron a las personas que sucesivamente tuvieron contacto con ellos, además, la epidemia adquirió considerables proporciones, por diversos motivos, entre otros, el hacinamiento en que vivían los habitantes del pueblo, las emanaciones pestilentes, hediondas, insalubres que procedían de las aguas estancadas de charcas próximas al pueblo.

Todavía más, la propagación se hizo más fácil con el hecho de que, entre la gente era muy común, lavar las ropas en un sólo barranco y el agua que bebían, procedía de un pozo contaminado, también influyó la altitud y la humedad en pro de la difusión del cólera.

Dado que en un principio no se conocían las razones específicas de la enfermedad, y a falta de un tratamiento concreto, se recurrió desde un principio a la dieta absoluta, y se recomendó guardar cama a los afectados, con el fin de impedir que el mal adquiriese mayores proporciones.

Cuándo por estos medios no se conseguían resultados óptimos, se buscaron otros medios como las sales de hierro, del bálsamo de Fioraventi, que exactamente no sé muy bien que es, pero aparece citado en dicha Memoria, quien sabe si este bálsamo resultaría un remedio infalible, con poderes similares al bálsamo de "Fierabrás" de nuestro famoso hidalgo, caballero de la Triste Figura, sí se me permite este pequeño desliz literario.

• En cualquier caso, parece ser que el aislamiento y la diseminación de las personas en "atmosferas amplias y libres de corrientes", constituyó mano de santo y pudo atajarse así definitivamente la epidemia, llegaron a instalarse tiendas de campaña en una altura próxima al pueblo, me atrevo a decir que cerca de donde se halla el antiguo molino.

• La Memoria debida a D. Elías Navarro, declara -por último- que, la enfermedad infecciosa tuvo una duración de 37 días que provocó un total de 47 víctimas mortales, de las cuales 14 fueron varones y 33 mujeres y tuvo un total de 123 casos de cólera diagnosticados.

• Me gustaría que este revelador documento que brevemente he comentado, sirviera de trama argumental y nos ayudara si cabe aún más, a comprender las dificultades y penurias a las que tuvieron que hacer frente con mayor o menor suerte, nuestros antecesores.




LA EPIDEMIA COLÉRICA DE 1890
CUADRO EXPRESIVO
Del número de invasiones y defunciones
habidas en la pedanía de Pozo-Cañada
de la enfermedad cólera morbo - epidémico
OCURRIDAS DESDE EL 29 DE AGOSTO AL 4 DE OCTUBRE DE 1890



SEXO
EDAD DE LOS FALLECIDOS
ESTADO
PROFESIONES
TOTAL
INVADIDOS
TOTAL
FALLECIDOS
DE 0
A 3
AÑOS
DE 3
A 6
AÑOS
DE 6
A 13
AÑOS
DE 13
A 20
AÑOS
DE 20
A 25
AÑOS
DE 25
A 40
AÑOS
DE 40
A 60
AÑOS
MAS
DE 60
AÑOS

VIU-
DOS
CASA-
DOS
SOLTE
ROS
JOR-
NALE-
ROS
ARTE-
SA-
NOS
LA-
BRA-
DO-
RES
EM-
PLEA-
DOS
OTRAS
VARONES
37
14
0
0
1
0
1
6
4
2
3
9
5
11
2
0
0
0
HEMBRAS
86
33
1
2
0
0
0
13
11
6
6
19
3
32
0
1
0
1
TOTAL
GENERAL
128
47
1
2
1
0
1
19
15
8
9
28
8
43
2
1
0
1


FUENTE y Bibliografía consultada

Elías Navarro."Memoria por encargo de la Dirección de Beneficencia y Sanidad que presenta el Subdelegado de Medicina y Cirugía del distrito de Albacete sobre la epidemia colérica en Pozo-Cañada el año 1890". Albacete, 1892.



















©Pedro Pablo Romero Soriano RS

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