Algunos ya se
hacían novios en la escuela, desde luego, mucho más temprano que lo que ocurre
en nuestros días. Otros se hacían novios formales en el baile. Las muchachas al
igual que los muchachos iban en grupo, se aprovechaba la ocasión cuándo ellas
se separaban de la cuadrilla, el chico, entonces, seguía a la muchacha que
quería hasta su casa.
El problema venía cuando a los padres de la chica, por el
motivo que fuera, no les gustaba el muchacho en cuestión, en estos casos los
disgustos eran de difícil solución, aquello tenía pocos visos de llegar a buen
puerto, ocurría lo mismo que entre montescos y capuletos. Ha habido padres que
encerraban a sus hijas para evitar que la relación con el mozo fuera a más, eso
era lo peor, la cosa ya se descomponía desde sus inicios.
• Se tardaban algunos meses en separarse, en primer
lugar de la cuadrilla, luego paseaban solos sin la cuadrilla, después no se iba
directamente a la casa de la chica, no, no, tal desatino nunca, se quedaban a
unos metros de la puerta de su casa. Mucho más tarde, conforme pasaba el
tiempo, ya se irían acercando, de modo que pasaba mucho tiempo hasta que se
hacía uno novio de alguien de una manera formal.
Además, antes de cruzar el umbral de la casa de la
chica, se había pedido permiso a los padres de ella, ante todo seriedad, sobre
todo formalidad. La novia siempre venía acompañada de alguien, bien por su
madre bien por algún familiar allegado, era impensable que la novia fuera al
cine sola con el que pretendía ser su novio. Ya vemos lo mucho que han cambiado
las cosas es este sentido.
• El noviazgo duraba bastante, por regla general,
entre 4 ó 5 años, al venir de la mili, si se tenía el porvenir resuelto, la
pareja ya estaba estudiando la posibilidad de casarse. La edad de casarse era
en el hombre, de 24 ó 25 años más o menos, en la chica, era de 21 ó 22 años o
incluso más jóvenes se casaban. Los chicos cuando venían de la mili "ya
venían maduros". Dice el refrán que "el que a los 30 no se casa, a
los 40 no tiene casa y a los 50 no es rico, a los 60 es un borrico".
• En el baile, los mozos estaban en el centro, por su
parte, las mozas se hallaban sentadas, no faltaban naturalmente, "los
clavos de vela" y las madres, ¡no me cuentes!
Una simple tos de la madre o de la abuela que
acompañaban a la novia servía de freno, cuando el novio intentaba propasarse.
Los mozos "atrapaban lo que podían", estaban a salto de mata, aunque
ciertamente los clavos de vela estaban tras ellos.
FUENTE:
Fotografía:
Verbena en la pista del Bar Calé (Ana Calero González)
©Pedro Pablo Romero Soriano RS
Verbena en la pista del Bar Calé (Ana Calero González)
©Pedro Pablo Romero Soriano RS
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