El tomate se conoce en España a comienzos del siglo XVII, de origen iberoamericano, tardó en ser admitido como alimento, ya que su consumo estaba rodeado de muchas teorías negativas. El tomate se cultiva en toda España, y en Castilla La Mancha se cultiva mayoritariamente en Toledo, y después en Ciudad Real y Albacete. En Cuenca y Guadalajara la producción es menor.
Es un peón casi fijo en nuestra cocina española y en la manchega; junto al pimiento, está presente en los asadillos, mojes, pistos, ajos de conejo, gazpacho toledano…o simplemente cogido de la mata con un poco de sal….Todos estos guisos llenos de color y sabor, y que ni Don Quijote ni Sancho Panza los llegaron a degustar.
Antiguamente, cuando no se disponían de tomates, nada más que en su época natural de crianza (entre los meses de julio-septiembre), nuestros antecesores conservaban el tomate en agua y sal. Así como secándolos al sol, los abrían y los dejaban secarse, resguardándolos por la noche en la “terminá” (donde estaban los sarmientos, en alto para evitar que las gallinas se los comieran). Así les duraban los tomates para el resto del año, y se usaban al hacer pote, o judías blancas estofadas.
Es un verdadero placer, una delicia, poder degustar este alimento, llamado fruta, tan básico, pero tan gustoso….Solo, en guisos, untado en pan tostado…..Todo un verdadero manjar.
FUENTE:
https://www.facebook.com/laalacenadedonquixote/photos/a.1191898097502351/8276458115712945
LA ALACENA DE DON QUIXOTE
Fotografía: LA ALACENA DE DON QUIXOTE.
©Pedro Pablo Romero Soriano RS
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