Fotografía: Pueblos de España
Recuerdo, como mi abuela me contaba sus vivencias, sus remembranzas…Y en verano, siempre era recurrente volver a la misma conversación: la siega. Durante muchos siglos, siega y trilla han estado unidos al esfuerzo del hombre. Me imaginaba, en su niñez y juventud, aquellos campos de la Mancha sin apenas recursos, con escasez de alimentos y sin ningún tipo de comodidad. Las horas de sobreesfuerzo, castigadas con un sol sin piedad que se cernía sobre los hombres y mujeres que trabajaban en el campo. La trilla, la horca, el rastrillo o a la aparvadera fueron aperos típicos de antaño, y que hoy han desaparecido de nuestras vidas, y que podemos rememorar gracias a museos etnográficos, que guardan celosamente esos recuerdos del ayer.
Fotografía: Biblioteca Digital de Castilla-La Mancha
El trillo consistía en una plancha de madera, cuya superficie inferior tenía incrustadas una gran cantidad de piedrecillas cortantes y el frente curvado hacia arriba como un trineo. Los trillos eran arrastrados por mulas o bueyes sobre la parva extendida en una era, y conducidos por un “trilleque”, que era generalmente un rapaz, todavía pequeño para hacer la siega, labor más dura. Tras la trilla se hacía la limpieza por medio del aventado, que consistía en lanzar al aire la mezcla de paja y grano obtenida. Hacia los años 1930 todas esas labores eran manuales.
Fotografía: Antiguos oficios
Con la mecanización agraria, a partir de los años 40, comenzaron a difundirse las segadoras mecánicas, aunque la trilla siguió siendo tradicional. La limpia por aventado, en cambio lo hacía otra máquina, la aventadora o “beldadota”. Modernamente las cosechadoras, hacen toda la labor, desde la siega hasta la separación del grano y de la paja. Cuántas penurias y esfuerzos pasarían nuestros antepasados…Recuerdos que forman parte del bagaje de aquellos que vivieron sin apenas comodidad, y que hoy forma parte del recuerdo colectivo.
Fotografía: La fototeca popular de Jiloca
Fotografía: eltallerdelabuhardilla.blogspot.com
En la siguiente fotografía podemos observar la trilla para desprender el grano, el arnero, cernidor o criba para arelar el mismo, la pala de ablentar utilizada para lanzar la recogida de la siega hacia el viento de solano y así separar también el grano de la hierba, la horca por supuesto y finalmente el arado. Utensilios para realizar las labores del campo y trabajar así los frutos del trigo, cebada, centeno, heno y otra infinidad de siembras
Un homenaje al esfuerzo y dedicación de nuestros antepasados.
Antes, todo era esfuerzo físico y largas jornadas bajo el sol. Trabajo duro, mano a mano con la naturaleza, largas horas bajo el sol y la satisfacción de saber que todo esfuerzo valía la pena.
¿Te has detenido a pensar en todo lo que hicieron nuestros abuelos para llevar el fruto de su trabajo a nuestras mesas?
Hoy recordamos con admiración y respeto a quienes hicieron posible que el campo floreciera con su sudor y su dedicación
FUENTES:
https://www.facebook.com/laalacenadedonquixote/photos/pcb.8319769068048516/8319768578048565/
https://www.facebook.com/laalacenadedonquixote/photos/pcb.8319769068048516/8319768648048558
https://www.facebook.com/laalacenadedonquixote/photos/pcb.8319769068048516/8319768771381879
LA ALACENA DE DON QUIXOTE
©Pedro Pablo Romero Soriano RS
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