Enjalbegar - Pozo Cañada

Reciente

Post Top Ad

Responsive Ads Here

Post Top Ad

jueves, 3 de octubre de 2024

Enjalbegar

Responsive Ads Here

FB_IMG_1727956942640

1964811_625081307568763_1868533883_n
En los pueblos de La Mancha es costumbre encalar las casas ("enjablegar" o enjalbegar, se dice) para proteger las paredes de tapial o adobe, tradición que se conserva, como en muchas partes de Andalucía, desde los tiempos de la dominación árabe. Antaño esto respondía a una necesidad de saneamiento, ya que la cal preservaba a las casas de contagios y enfermedades. Además ayudaba y ayuda a combatir los calores del verano


A nuestro viajero le sorprenden las innumerables capas de cal que rebozan todavía las paredes en las casas y corrales más antiguos de La Mancha.
Ha escuchado que el proceso de encalar los muros de tapial se denominaba enjalbegado, y su función respondía no solo a la necesidad de proteger a sus moradores contra un clima extremo, sino también a una cuestión sanitaria: la cal es un material desinfectante y por tanto preservaba admirablemente de contagios y enfermedades diversas.
El producto base se conseguía mediante los llamados hornos de cal, donde se introducía la piedra caliza para hornearla y convertirla en cal viva. Después los terrones calcinados eran vendidos en éste y otros pueblos de La Mancha al grito de: “¡Se vende cal! ¡Cal para encalar, señora!”. El viajero se sienta en un poyete para tomar un escueto almuerzo. En silencio observa como de unas “portás” aledañas sale una mujer armada de cubo y brocha, y empieza a arreglar con rápidos pases unos desconchones de feo aspecto en el dintel. “Disculpe. Yo pensaba que lo de encalar paredes ya había pasado a mejor vida…” le comenta en un descanso de la faena “¡Quía! Eso será en su pueblo. Mi suegra “tié toavía” unos barreños en la bodega con cal muerta y la usamos “ca instante” en apaños como éste”.

1000012018

 La señora comienza de nuevo con la brocha, se para y observa crítica el resultado “Mi marido le pone cal “a to”, ¿sabe “usté”? A las “paeres” de la cuadra “pa” los bichos, y en el huerto a los almendros, “pa que no pillen ná”, ¿entiende?”. “Entiendo, entiendo” le contesta con una sonrisa el viajero, que se levanta para continuar camino.


28468156_


JALBEGAR

Se levantaba temprano, siempre muy dispuesta, y en aquellos días de verano preparaba toda la cal en unos botecillos metálicos que tenía guardados.

Hacía una mezcla con agua, o así me parecía, mientras se anudaba un pañuelo en la cabeza. Aquella bata gris, repuntada de pequeños agujeros y minúsculas gotas de pintura.

Solía cantar mientras preparaba la mezcla, mientras yo, inquieta, la observaba. Me hacía ademanes con la mano, quería que barriese el portal con la escoba pequeña de esparto y cañizo.

La cogía, y nunca podré olvidar cómo raspaba. Me preguntaba a mí misma cómo se podía tener tanto aprecio a algo así. Barría el pequeño portal, plagado de guijarros donde se escondían pequeñas hojas y migas. 

Me acercaba el recogedor de madera tan desgastado, y con una sonrisa me decía “venga hermosa recoge lo barrido que voy a empezar a jalbegar”. 

Jalbegar, cómo me gustaba esa palabra que pronto añadí a aquellas que tanto me fascinaban. Pasaba horas jalbegando, mentando a todos aquellos que conocía y explicándome ausencias prolongadas.

Mañanas de verano, donde Teresilla jalbegaba, en aquellos días de una niñez perdida.

Texto: Rosa Delgado
Fotografía: Geocities




FUENTES
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=625081307568763&id=406916592718570&set=a.460648237345405
Fotos Antiguas de España
Fotografía: detalles del enjalbegado de las paredes. Autor, José Flores Sánchez 


 



























©Pedro Pablo Romero Soriano RS

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Post Top Ad